viernes, 31 de mayo de 2013

Monocultivos destinados a pecuaria: alternativa para la crisis alimenticia y la devastación ambiental

Datos de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) afirman que se produce, en todo el planeta, dos veces la cantidad de alimentos necesario para alimentar la población mundial. Pero, un estudio realizado por el Instituto de Ingenieros  Mecánicos del Reino Unido, denominado "Global Food Waste Not Want Not", afirma otro dato alarmante: la mitad de estos alimentos van a parar a la basura por causa, principalmente, del desperdicio.

Otro dato ya conocido ampliamente, y confirmado por el estudio, es relacionado a la  pecuaria: para producir un kilo de carne, se gasta hasta 25 veces más en recursos energéticos, tierra y agua, de los que serian necesarios para producir un kilo de papas, por ejemplo, evidenciando los costos ambientales no contabilizados en la  producción masiva, como el consumo y deterioro de las aguas, la deforestación y  la utilización de esquemas complejos de transporte y energía.

La conclusión indica una opción para enfrentar  la crisis mundial de alimentos: en vez de gastar 90% de los granos producidos actualmente para el consumo de ganado, se podría destinar todo este alimento (cuya cantidad  podría abastecer 8.000 millones de personas, la población mundial) para lugares en situación de penuria alimenticia, como el África.

Actualmente, según datos de la misma FAO, existen en el planeta cerca de 1000 millones de seres humanos padeciendo hambre crónica.

El desafío, en este caso, consiste en enfrentar el poderío de las transnacionales que dominan el mercado de las semillas y de los agroquímicos, y que ganan cifras exorbitantes, mientras un número cada vez mayor de personas incrementa el grupo de los que no tiene acceso a una alimentación digna, a pesar del desarrollo tecnológico que se volvió la marca del siglo XXI.

Empresas como Cargill y Monsanto son las principales defensoras de una política enfocada al agro-negocio para la producción de granos que son destinados, principalmente, para la producción bovina en el mundo.

Son también los encargados de manipular las semillas genéticamente, siendo los dueños de las mismas, lo que genera una total dependencia de ellos, pues el campesino no puede reproducirlas.

Además de esto, se constituyen en las principales causas de concentración de tierras y del éxodo agro-ciudad, que obliga anualmente a millones de personas a salir del campo  en busca de oportunidades mejores de vida en la ciudad.

Lo que estas personas encuentran en el medio urbano, la mayoría de las veces, son subempleos, miseria  y violencia.

El agro-negocio en Brasil

Brasil es actualmente uno de los principales exportadores de soya y carne a nivel mundial, se constituye en un país que prioriza los grandes propietarios de tierra, en detrimento de los pequeños agricultores que producen para la subsistencia familiar.

Un ejemplo es el Estado de Maranhão, cuya población asistió inerte, en la última década, a un incremento en la producción de soya del orden de 3000%. 

En el  inicio de la década del 90, la soya representaba el 1% de los cultivos. Hoy, este índice está cercano al 33%, pero la tendencia es aumentar, ya que la mayor inversión presupuestal está destinada a proyectos de monocultivos.
                
Maria Lúcia Vieira, actual secretaria de Política Agraria de Fetaema (Federación de los Trabajadores y Trabajadoras en Agricultura del Estado de Maranhão), afirma:
"El año pasado, apenas 604 contratos de agro-negocio recibieron 571 millones de reales, en cuanto fueron destinados 333 millones para 83.706 contratos de agricultura familiar. El promedio por contrato, es de 4 mil reales para agricultura familiar y 950 mil reales para el agro-negocio. ¡Es 237 veces más, una desproporción de inversión brutal!".
Ella afirma que este modelo basado en los monocultivos de soya, caña de azúcar y eucalipto, además de causar el agotamiento de las tierras fértiles, concentra la riqueza en manos de unos pocos, mientras la mayoría de pequeños agricultores es obligada a asistir la migración de sus hijos  hacía otros Estados, por la imposibilidad de vivir dignamente del trabajo en el campo propio.
Da Redação

Con informaciones de Nodo50